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Full text of "MANUEL MORENO BARRANCO-ARCHIVO DOCUMENTAL"

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INTERNATIONAL E 


“Agi-Pro" 


en acción 


Derivaciones tácticas 
de un crimen 


El clamor universal de indignada 
protesta suscitado por el udioso ase- 
sinato de Julián Grimau, trata de 
ser canalizado por el partido co- 
munista español para apoyar una 
nueva ofensiva unitaria, desencade- 
nada por los servicios técnicos de su 
propaganda, puntualmente secunda- 
dada por la movilización general de 
los cuadros de base, compuestos por 
individualidades que han renuncia- 
do al derecho de examen crítico, 
para convertirse en resortes deshu- 
manizados de una política y unas 
tácticas elaboradas en las inaccesi- 
bles alturas del mando. 

Los redactores de «Mundo Obre- 
ro», en un prodigioso alarde de 
sutileza literaria, transforman esa 
corriente internacional de repulsa 
hacia el franquismo en un impulso 
de irresistible simpatía comunista, 
Los despojos de la víctima perma- 
necerán en el ruedo político mien- 
tras no pierdan su carácter utilita- 
rio, Y emprenderán el viaje del 
temporal o definitivo olvido cuando 
un nuevo acontecimiento u otra 
víctima  propiciatoria ocupen los 
primeros planos de la actualidad 
propagandística, 

Cada grito de cólera contra el 
fusilamiento de Grimau, significa, 
para el periódico comunista, un lla- 
mamiento a la unidad con el comu- 
nismo o una petición de ingreso en 
sus filas. Veamos algunos fragmen- 
tos de cartas — reales o imagina- 
rias — que publica el número 10 
del citado órgano neo-marxista: 

«Ese acuerdo que los comunis- 
tas propusimos en la Declaración 
del Primero de mayo (se refiére a 
la tan cacareada UNIDAD de 
corte bolchevique) lo está recla- 
mando con apremio la voluntad 
antifranquista que tan plebiscita- 
riamente se ha manifestado en la 
protesta nacional contra el más 
reciente crimen de Franco». (El 
subrayado es nuestro). 

«Son muchos los hombres y mu- 
jeres de todas las edades, sobre 
todo los jóvenes, los que en estos 
días reclaman un puesto de lucha 
en Nuestras filas. «No puedo es- 
perar un día más, nos dicen. 
Solicito mi ingreso en el Partido 
de Julián Grimau.; esa será la 
mejor venganza», 

Las tres mujeres que sienten real- 
mente la soledad, el vacío provo- 
cado por la desaparición de quien 
cayó pensando en la libertad de 
España y en el amor perdido para 
siempre, han de sentirse injuriadas, 
por grande que sea su deseo de 
servir cierta clase de publicidad, 
viéndole reducido a símbolo de un 
Partido, que lo maneja con afanes 
proselitistas y preelectorales. Ellas 
pasearán calladamente el dolor de 
su brutal tragedia y los españoles 
de sentimientos nobles -incorporan, 
con merecido respeto, el nombre de 
Grimau a la interminable lista de 
héroes y mártires de nuestra libe- 
ración nacional, cerrada provisional- 
mente por Manuel Moreno Barran- 
co, joven poeta español, que no se 
presta, debido a su acusada incli- 
nación - libertaria, para los negocios 
propagandísticos del comunismo, por 
ahora, a contabilizar los beneficios 
de la operación Crimau. 

Completa esa acción psicológica, 
llevada a cabo por la prensa adicta, 
la circular que sirve de introduc- 
ción a una serie de documentos ela- 
borados por la Conferencia occiden- 
tal Pro-Amnistía y en la cual se 
asocia el nombre de Grimau a la 
petición de unidad. 

Simultáneamente, los agentes de 
«Agi-Pro» se despliegan en guerrilla 
y proceden al sistemático asalto de 
los militantes exilados no comunis- 
tas, visitándoles en sus propios do- 
micilios, con el propósito de sem- 
brar el desconcierto y atentar a la 
cohesión de las organizaciones. Si la 
tarea fuese inspirada por leales sen- 
timientos de fraternidad, lo natural 
es que la hubiesen orientado hacia 
los Comités y no de cara a las per- 
sonas, pero se trata de obtener re- 
sultados «sin reparar en los medios». 

Hábilmente leídos por quienes di- 
rigen la operación, los misioneros 


repiten cansinamente, sin un atisbo 


ESPOJR 


Comentazio 











Decires «mal» intencionados 


de originalidad, el disco unitario | 
que el partido desempolva en cuan- | 
to surge una circunstancia que pue- | 


da favorecer la faena. Como nunca 
faltan incautos que se dejan sor- 
prender por la tozuda insistencia 


de estos activistas, ni faltan los que ' 
pueden deducir de nuestro prudente 


silencio, una ausencia de razones 
que oponer a la propaganda co- 
munista, no estará de más repro- 
ducir, MUY REDUCIDAMENTE 
por razones de ESPACIO, lo que 
respondimos al agente que nos visitó: 

«Ciertamente, la unidad de la 
oposición antifranquista, preconiza- 
da por todos y poco facilitada por 
la mayoría, bastaría para poner fin 
al régimen de opresión que pa- 
dece España y para abrir a nues- 
tro país dilatadas perspectivas de 
libertad. Sabiéndolo — y a estas 
alturas ya no puede ignorarlo nadie 


— el deber de cada una de las 


fuerzas españolas consiste en la ge- 
nerosa renuncia de particulares ex- 
tremismos de interpretación, que 
hagan posible el renacer de una 
estimulante confianza entre los 
eventuales aliados de marcha. 


» Los comunistas españoles han 
de poder ofrecernos la prueba feha- 
ciente, avalada por hechos visibles 
— no por pactos escritos, contraí- 
dos con la secreta intención de vul- 
nerarlos en cuanto representen un 
obstáculo a sus planes de absoluto 
prediminio — de que los partidos 
políticos y las organizaciones obre- 
ras que han de contribuir a liberar 
de la invasión extranjera o a liqui- 
dar ai capitalismo tradicional en 
las naciones donde el partido co- 
munista ejerce solo, y contra todos, 


el poder dictatorial, vuelven a recu- | 
perar sus derechos de libre fun-' 


cionamiento a la luz del día, para 
que podamos admitir que tienden a 
rectificar un reciente pasado lleno 
de errores, de abusos y de crímenes 
cometidos constantemente para de- 
tener la revolución. Pero mientras 
sigan vigentes la línea y los méto- 
dos actuales, son ellos los que se 
excluyen del concierto de volunta- 
des que vienen sosteniendo una di- 


ficil y desigual bataPa contra el 


fascismo español, 

» Necesitaremos convencernos de 
que su noción de la democracia 
no intenta desembocar en un ré- 
gimen de partido único y de sin- 
dical única, que sobre mo consti- 
tuir ninguna innovación para el in- 
mediato porvenir político de nuestro 
país, aparecen como los pilares que 


han sostenido y apuntalan todavía | 


al franquismo. 


» El comunismo internacional ha 
de borrar, con mano enérgica y 
sincero arrepentimiento, las horren- 
das imágenes de esa brava Hun- 
gría que fué  monstruosamente 
aplastada por las divisiones aco- 
razadas rusas, por haber osado ejer- 
citar unos derechos de ciudadania 
hipócritamente ofrecidos por Moscú, 
que sigue siendo quien dicta la 
ley a ese «campo socialista» tan 
poco atractivo. 


» Ha 


prensible complejo, se colocan a la 
defensiva, frente a las acometidas 
teóricas de los comunistas. Ahora 





de terminar esa actitud | 
tímida de los militantes revolucio- | 
narios, que, víctimas de un incom- | 


mismo, hemos de 'salirles al encuen- | 
tro y lanzarles al rostro el asesi- 


nato de 62 libertarios cubanos, fu- 
silados con el remoquete infamante 
de contrarrevolucionarios. Esa es su 
vieja táctica, encarnación del más 
puro estilo staliniano: deshonrar a 
las victimas antes de proceder a su 


liquidación física. Como ayer Buda- | 


pest, como hoy Guba, sucederá ima- 
ñana en cualquier país, en España 


rr:ismo, si escuchamos cándidamente | 


a los viajantes de una filosofía 
que deja intactas las diferencias de 


clase, latentes todas las injusticias; | 


que refuerza la autoridad. y que 
hace figurar en la avanzadilla de 
sus postulados la máxima de Lenin: 


«la libertad es un prejuicio peque- 


ñoburgués». 


Ramón ALVAREZ 


N 


O tendría nada de particular, después del chaparrón de frases 
«galantes», a modo de «cariñosa» reprimenda, que desde la 
Prensa y Radio españolas dedicaron los amanuenses franquis- 


tas al entonces arzobispo de Milán, cardenal Giovanni Battista Mon- 


tini, colgándole el sambenito de 


«el cardenal roj»o» y tildarlo de 


«entremetido y despistado», por el telegrama al Generalísimo, pidien- 
do clemencia para Jorge Conill y sus dos compañeros, acusados de 
terroristas y juzgados en octubre último por un tribunal «compe- 
tente», con todas las «garantías y defensa» a que toda criatura 
humana tiene derecho en el actual Estado español, que muchos de 
sano entendimiento creyeran, a pies juntillas, «esa absurda hipótesis» 
lanzada a-voleo por «Il Messagero», diario romano, «de que el Jefe 
del Estado español ha dado instrucciones a los seis cardenales 
españoles a fin de que el cardenal arzobispo de Milán, Giovanni 
Battista Montini, no sea Papa en el próximo Cónclave» (recogido del 


diario «Madrid», 15-VI-1963). 


Y como tan «absurda hipótesis». 
pasa de castaño Oscuro, y «es ne- 
cesario que la semilla del bulo y 
de la insidia no germine», tal dijo 
Iribarne, a fin de que la «verdad» 
no pierda su brillo en el firma- 
mento caudillal y los «sanos» 
mollera aprendan a no fiarse de cier- 


ue 


tos decires «mal» intencionados, 
el cardenal primado de España, 
doctor Pla y Daniel, nada más 


posar sus plantas cardenalicias en 
Roma, para tomar parte en la elec- 
ción de nuevo Papa, y por si las 
cosas venian torcidas, se apresuró 
a decir a un redactor, previamente 
alquilao, de la Agencia United 
Press International: «La noticia ca- 


rece de todo fundamento» y que 
no usólo es ridicula, sino que +*s 
totalmente contraria a los prin- 
cipios de la Santa Iglesia Cató- 
lica y del Gobierno español», Y 
para dar más fuerza de razón a la 
everdad» que decia, añadió: «No 
hemos recibido al respecto  nin- 


guna comunicación ni del Genera- 
lísimo Franco ni de ningún mierm- 
bro del Gobierno español», pues 
«el Generalísimo Franco no se en- 
contraba siquiera en Madrid, cuando 
él y los otros tres cardenales... 
emprendieron viaje con destino a 
Koma» (del ya citado diario ma- 
drileaño), 

Bien es verdad que expandir o 
hacerse eco de semejante notición só- 
lo pudo ocurrírseles a quienes des- 


conocen que el Caudillo «no» pre- 
cisa de tales artimañas con sus 
cardenales para impedir que «el 


cardenal rojo» ocupara la silla de 
Pedro, pues con haber utilizado la 


Providencia, a la cual debe todo 
su poder providencial, para que 
obligara al Espíritu Santo a ilu- 
minar al Cónclave en favor del 
cardenal más acorde con las pre- 
ferencias  caudillales, le hubiera 
bastado, y asunto concluido, Pero 


como don Paco es de «pura solera 
católica» vw cualquier Papa le sir- 





IMAGENES DE LA REVOtUCION ESPAÑOLA 



























































Una mujer del pueblo 


el frente de Aragón. 


despidiendo las Milicias 


que salían 


ve igual, «no» tuvo por qué me- 
terse en tales apreturas y dejó al 
Espíritu Santo y a la Iglesia que 
arreglaran sus cosas como mejor 
les agradó. Por eso, a fin de des- 
vanecer dudas, el primer telegrama 
llegado al Vaticano, felicitando al 
cardenal Montini por su elevación 
al Pontificado, en el que también 
le expresa su especial devoción, ha 
sido el de Su Excelencia el Gene 
ralisimo, pues urgía no dar tiempo 
a que se le adelantara el diablo. 
Cuestión de pupila, 


De ahi que Montini, no sólo por 
e) rapapolvo sufrido, sino también 
porque conoció cómo las gasta el 
Caudillo con su «providencia», vol- 
viera grupas reconociendo «que su 
telegrama se fundaba en un 
error» y condenara «la campaña 
antisespañola » «promovida por 
partidos de régímenes que son opre- 
sores inmisericordes de toda opo- 
sición libre. Su telegrama no en- 
laza en forma alguna a estos regl 
menes con el de España» (Lo en- 
tre comillas pertenece a la decla- 
ración publicada por la secretaría 
del entonces arzobispo de Milán, 
con motivo del revuelo que se ar- 
mó en torno al asunto de Conill, 
v difundida, sin el menor remor- 
dimiento de conciencia, por «A 
BC» de 16-10-1962). Vean ustedes, 
amigos lectores, por qué el carde- 
nal Giovanni Battista no ha di- 
cho palabra cuando lo de Grimau 
ni por lo de Manuel Moreno Ba- 
riarco. 


Claro que si en vez de «no» pen- 


sar en ello, don Paco le da por 
meter su baza caudillal, a través 
de sus cardenales, en la elección 


de nuevo Pastor de la Iglesia, en 
mala postura hubiera dejado a los 
dos hombres a los que no ha causado 
sorpresa la brillante victoria del 
cardinal Montini. «lls la préparaient 
dans l'ombre depuis longtkgmps. 
Ces deux hommes (copio del nú- 
mero 65 del semanário «Minute)» 
sont le cardinal Bea, le véritable 
«pape noir» des  jésuites, et le 
banquier et homme politique Lu- 
dovico Montini, le frére cadet du 
nouveau pape, auquel il ressem- 
ble de facon frappante. L'immenss 
influence des soldats de Loyola, 
le cardinal Bea l'avait discretement 
mobilisée depuis  trois ans pour 
soutenir celui qu'il considére com- 
me le plus súr garant d'une poli- 
tique évolutive de l'Eglise et un 
ami de longue date de son ordre». 


«Quant á Tlaction de son frere, 
c'est dams un tout autre domaine 
qu'elle s'est exercée: celui de la 
haute banque et de la finance in- 
ternationale, Ludovic Montini con- 
tróle plusieurs sociétés liées aux 
banques vaticanes et á la fortune 
des Jésuites: á la Banco di Roma, 
ii représente la Banco di Spirito. 
Ses affaires ont des imbrications 
avec la Banco Catholico del Venito, 
la Banco Ambrosiano, le  Picolo 
Credito Bergamesco, le Banco San 
Paolo, etc. Personpnalité influente 
de la démocratie chrétienne en Ita- 
lie, il est lui aussi un familier du 
cardinal Bea». 


He aqui por- qué el cardinal 
Ottavini al tocarle «la táche d'an- 
noncer au balcon du Vatican 'é- 
lection de son adversaire. Le mon- 
de entier a pu entendre le terrible 
vieillard trébucher sur la formule: 
Je vous annonce une grande 
Habemus papam... Giovanni- 
Baptista... Mo... Mo...». ; 

Y asi es como «ilumina» el Es- 
píritu Santo en la elección del que 
ha de ocupar la Cátedra de Pedro, 
pese a las ñoñerias de Hernández 
de Ceballos, corresponsal en Ro- 
ma de Radio Nacional de España, 
al que le es corto el cirio para tan 
larga procesión. 

Salvador INIESTA. 


joie.